Las estrategias de Leonel y de Danilo Medina


LISTÍN DIARIO 26/10/10
Orlando Gil

El prudente
Danilo Medina estuvo fuera del escenario político más tiempo del que mucha gente consideraba conveniente. Después de su amarga experiencia interna, se mantuvo agachado, callado, o para decirlo bonito, de bajo perfil. Sin embargo, el tanto silencio le hizo bien, como si en vez de candidato fuera un monje tibetano. La prudencia es una virtud, rara en un político, pero que en su caso podría marcar la diferencia con sus compañeros de partido que compiten por la nominación presidencial. Medina no es Leonel Fernández, ni pretende serlo, pero poco a poco su estilo va ganando calle y demostrando que puede hacer campaña, decir lo propio, sin entrar en contradicción con el gobierno. Incluso, sabe que tiene que cargar la presente administración, aunque sea a calitomé, puesto que aprovecha más asumir el balance (lo bueno, lo malo) que partir de cero. Además, si se le acusa de haber sido el principal promotor del pragmatismo en el PLD, justo que lo sea en demasía. Si el Estado lo venció una vez, que no lo haga dos...

Las avispas
El error de su competencia interna está en creer que lo suyo es cuestión de tiempo, que volverá sobre sus pasos y enfrentará al gobierno, como un perredeísta cualquiera. De ahí que lo provoquen a ver si se extravía, o de palabras o de hechos, y estén atentos a sus más cercanos seguidores, de manera que por esa vía le llegue la perdición. Siempre hay un Charlie Mariotti al doblar de la esquina. Sin duda que es mucha la presión: cuidar afuera, adentro, arriba, abajo y por los alrededores; pero la lucha política es una carrera de obstáculos, y el genio está en sobrepasarlos y llegar a la meta. En estos días quisieron sacarlo de agenda y ponerlo a dilucidar lo hipotético del referendo y la reelección, sin advertir que no sólo tiene anteojeras, sino cera en los oídos. No vió, no oyó, y como era lógico, tampoco reaccionó. Los enchinchadores, que no son muchos, no salen de su asombro. Le tiraron a los pies un panal de avispas y le pasó por el lado sin la consecuencia de una que otra picada...

Los factores
Quienes entre la maleza acechan a Danilo Medina para emboscarlo como guerrillero impenitente, pierden de vista que de tanto andar en la manigua se adivinan los peligros o que cualquier operación depende del grueso de las tropas. Si no fuera así, todas las celadas fueran infalibles. También falló la de Santiago y la candidatura de Gilberto Serrulle. Además de prudente, parece que se bebió un resguardo y las asechanzas no lo alcanzan. Pero igual hay lo siguiente. Se parte de una premisa falsa de que el presidente Leonel Fernández es un político tarado, que no tiene juicio propio y pueden manejarlo a distancia como el muñeco de un titiritero, y ponerlo a hacer desastres por el solo gusto de hacerlo. ¿Por qué el encono si la vez anterior se salió con la suya? Si algunas cosas ahora no caminan, culpa de otros y no de Medina. La estrategia del rencor tampoco parece posible, pues las coyunturas son determinadas por factores, y estos podrían no estar jugando a favor del jefe del Estado...

Las cenizas
Es más, hay una experiencia reciente que adelanta que todo es posible. Nadie puede pensar que el espíritu santo se posó en forma de paloma sobre la cabeza de cada miembro del Comité Central e impuso por voluntad divina la ampliación del mandato de todos los organismos del PLD, y que esa decisión no fue producto de un acuerdo entre las diferentes corrientes que se mueven en el interior de ese partido, y que entre los principales promotores estuvieron Leonel Fernández y Danilo Medina. Si hubo entendimiento para lo menos, no hay que dudar que también para lo más. Si en una ocasión fueron un one-two ¿por qué no volver a serlo? Entre enamorados se dice que donde hubo fuego, cenizas quedan. Y además, fue de cenizas que resurgió el Ave Fénix...

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