10/23/2009
Pronto viviremos al amparo de una reformada y ampliada Constitución, al culminar un proceso que entre consultas, debates y aprobaciones tomó casi tres años.
Ese tiempo ha servido para que buena parte de la sociedad se familiarice, discierna y conozca sus contenidos y alcances. Si bien se habló de reforma, en los hechos tendremos una “nueva” Carta Magna.
Casi todos los sectores y los analistas de los medios de comunicación reflexionaron sobre ella. Algunos puntos fueron tan debatidos, tan apasionadamente conflictivos, que hasta de fuera vinieron especialistas a reforzar los debates.
La nueva Constitución ha representado un ejercicio reflexivo, analítico, también de concertación política y de apertura a profundos cambios en las estructuras del Estado dominicano.
Pero lo más importante es que una buena mayoría la ha conocido, se ha formado sus criterios sobre cánones específicos y ahora será más fácil tenerla de referente y hacerla valer y regir, que recordarla o equipararla a un “simple pedazo de papel”.
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