Una carta a Yvelisse Pratts


Listîn Diario 21-12-10
Melanio Paredes

Siempre asumí la reflexión de José Martí de que “la mejor forma de decir es hacer”. Sin embargo, en un encuentro con la ministra de Educación cubana, Ana Elsa Velázquez, me comentó que había otra máxima martiana más explícita: “Las palabras hablan bien, pero los hechos demuestran mejor”.

No sé si dirigirme a la dirigente política, a la educadora o la ex secretaria; en todo caso, me asalta, se lo confieso, una gran pesadumbre porque se trata de una persona que merece el respeto de todos, en cualquiera de estas dimensiones y roles.

Si le escribiera a la dirigente política, me sentiría tentado a traer a mi memoria varios artículos de la distinguida dama, publicados en el Listín Diario en los últimos tres años, entonces tendría que concluir en que su llamado a la atención de nuestro Presidente, “culto lector y candidato a la Academia Dominicana de la Lengua”, que dice conocer, no es sincero, si nos detenemos a “desfacer los entuertos” de al menos dos de sus escritos (17-11-07 y 5-07-08).

Del análisis de esas publicaciones podríamos constatar su coherente valoración, descalificando “a los miembros del peledeísmo gobernante” como legítimos discípulos de un autor de laureadas obras de la lengua materna, humanista sin mácula: el profesor Juan Bosch, tendríamos que concluir consecuentemente, respondiéndole a una dirigente política sectaria, pero no es recomendable que el debate educativo se circunscriba a esa óptica de más conflictividad que objetividad.

Si le escribiera a la Maestra de Didáctica de las Letras, a la que, junto a un grupo de funcionarios y especialistas del área de desarrollo curricular, dedicamos más de dos horas, dándole a conocer el proceso seguido durante los últimos dos años de seria reflexión, formulación y producción científica académica que nos condujo a la actualización y aplicación del modelo pedagógico centrado en los aprendizajes con la convergencia de medios, para alcanzar la concreción del currículo vigente con el enfoque pertinente, que ella precisamente y otros preclaros especialistas contribuyeron a formular en los años 90, entonces tendríamos que sentirnos profundamente decepcionados.

Si al cabo de dos semanas de enjundioso análisis de la documentación entregada, sus conclusiones sobre los textos integrados son los fatídicos trece párrafos de su artículo, del pasado sábado 18 de diciembre, de los cuales dedica apenas tres de ellos a abordar el verdadero debate pedagógico y sólo referencialmente nos vemos obligados a exclamar ¡Oh Confucio, cuánta ligereza al condenar y no al perdonar!

Si me decidiera por responderle a la ex secretaria de Educación, a quien como amiga y educadora me le acerqué humildemente, desde el momento en que asumimos la conducción del Ministerio, como lo hice con todos los que habían ocupado el cargo, para intercambiar impresiones y conocer de sus experiencias, tendría que mostrar mi gran sorpresa y decepción ante los embates de “su posición sobre los textos integrados”, ignorando deliberadamente toda la documentación entregada reciente y personalmente, que respondía precisamente a las aprehensiones expuestas de manera desconsiderada en su última publicación.

Nunca hemos procedido con recriminaciones. Al contrario, nos inspiran los buenos ejemplos de concertación en el ámbito educativo, como fue el propósito impulsado por Nicolás Almánzar en principio, y Jackeline Malagón con mucho éxito después, al convocarnos, concitando las mejores voluntades e inteligencias al margen de los sectarismos, iniciando una nueva etapa en los esfuerzos por reorientar una educación de calidad para nuestros niños, niñas y jóvenes en la República Dominicana.

Nuestro esfuerzo inicial fue, precisamente, convocar a todos los ex incumbentes a fin de presentarles, los resultados de las segundas pruebas del Laboratorio Latinoamericano de la Calidad de la Educación, dados a conocer en septiembre del 2008 y que nos desafiaban, no solo como escuela sino como sociedad, e identificar, entre todos, las razones eficientes por las cuales nuestros alumnos de 3er. y 6to. grados, después de 18 años de los esfuerzos de planeamiento estratégico y reformas, al ser evaluados en el año 2006 en comprensión lectora y matemática, resultaran los de más bajo rendimiento en la región, en las competencias de leer, escribir, escuchar, hablar, pensar y razonar.

Resultó imposible reunir en un mismo foro, con la frecuencia deseada, a nuestros distinguidos(as) antecesores por razones conocidas. De algunos (as) hemos recibido sabios consejos y hasta la comprensión; la crítica, si fuere sana, también la agradeceríamos, porque nos ayudaría a hacerlo cada vez mejor, pero ¡por Dios!, permítannos, En Plural, intentar hacerlo diferente porque como lo hemos hecho hasta ahora no nos ha dejado los mejores resultados.

Dentro de dos años, nuestros alumnos serán nuevamente evaluados en las 3ras. Pruebas del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa, LLECE, por lo que hoy trabajamos para que no tengamos que responder como lo hizo el prestigioso educador César Coll, responsable del proceso de reforma educativa en España de la pasada década, a propósito de los resultados que arrojaron las pruebas PISA , ubicándolos a la cola de los países europeos, cuando se le inquirió “¿Fracasó la escuela española?”, y él respondió, “No, fracasó la sociedad española”.

Querida maestra, de usted esperaba que, en lugar de azuzar la tea de la vocación autoritaria de nuestra tradición gobernante a un Presidente, civilista, culto, lector, también maestro y promotor del debate de las ideas, le animara acompañarnos, avivando la luz de la antorcha que despierta la conciencia y NO a “incinerar los textos integrados”.

Termino esta misiva compartiendo con usted y su “trinchera” la autoevaluación de una maestra de la Red Chilena para Transformación de la Formación Inicial Docente en Didáctica de Lengua Materna, al término de unos de los talleres de investigación-acción que concluyó en cuatro ideas fuerza, formar niños(as) que: 1. Lean y produzcan textos de todo tipo, 2. Construyan sus aprendizajes en forma individual y grupal, 3. Se identifiquen positivamente, y 4. Generen y desarrollen sus propios proyectos.

Al cuestionársele sobre su aprendizaje con la estrategia abordada, la maestra concluyó “ya no tanto hablar y criticar lo que ya está, sino demostrar con hechos, con nuestras propias prácticas los cambios que queremos provocar”.

Este enfoque va más allá de “la cantidad de horas de lengua española colgadas en el horario semanal de nuestras escuelas”. Ese es el verdadero debate pedagógico, al que usted puede y debe contribuir, desde su perspectiva crítica, pero sobre todo sana. Porque sé que ¡juntos podemos!

Con mis afectos de siempre

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