Exaltación Póstuma


Por Obed Pichardo.-

El revuelo que ha causado el prologo de la, hasta ahora última entrega escrita por René Fortunato “La Democracia Revolucionaria”, parece haber removido un panal de avispas, el prologo escrito por el historiador y presidente de la Academia de la Historia, Frank Moya Pons; para muchos urticante, ha generado acalorados debates entre eminentes figuras políticas, historiadores y medios de comunicación; entre los cuales me permito destacar a la ex vicepresidenta de la republica, y miembro del Partido Revolucionario Dominicano PRD, Milagros Ortiz Bosch y, al también miembro de esa organización política, Rafael (Fafa) Taveras; quienes han vertido su parecer ante la opinión pública acerca de este escrito, y es que ambos coinciden en enaltecer y defender la figura de aquel político audaz, con visiones casi proféticas del acontecer político nacional; resaltando la preocupación del profesor, de enamorar al pueblo dominicano para que apoyara sus ideales, sobre la base de enseñar a las masas los beneficios de una real democracia, por lo que a raíz de esto Don Juan escribió el libro titulado “Crisis de la democracia de América en la República Dominicana (1964)”, el profesor, catalogado también como un “TIPO” intransigente frente a todo lo que tenía que ver con ser desleal a su patria, sindicado como un hombre de una sola visión, sin tachaduras, a quien también denominaron como el autor de las bases democráticas de la Republica Dominicana; defendieron también que el senado haya financiado esta obra, contrario a las declaraciones del presidente de ese hemiciclo y secretario general de PLD, Reynaldo Pared Pérez, cuando se pregunto por qué el senado financió la edición de ese libro. A juicio de Doña Milagros, Juan Bosch merece eso y más, por los aportes incalculables que hizo a la sociedad dominicana.
Coincido con estas declaraciones, y no me parecen justas algunas de las palabras que Moya Pons dice de Bosch en el prologo del mencionado libro, dice en referencia a Bosch, que “su compleja personalidad confundía hasta a sus propios colaboradores dentro y fuera del gobierno”.
Concluyo diciendo, que quisiera saber porqué mientras el corazón de aquel prócer palpitaba con vigor, y sus pulmones no tenían ni un ápice de deterioro, en busca de su segundo mandato constitucional; no se vio a ninguno de los de la acera de en frente exaltar la figura del ex presidente Juan Bosch como ahora lo hacen, nuestro pueblo habría tenido tal vez mejores beneficios con un reconocimiento en vida, que los beneficios que pueda dejar una exaltación póstuma.

Hasta el próximo comentario.

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