Así no…


Cuando era yo apenas un niño, me gustaba jugar al juego que llaman
La plaquita, pero tenía un gran inconveniente, y era que los bates, la pelota y las placas (de vehículo), no me pertenecían, sino que el propietario era uno de mis amigos, y si a alguien se le ocurría ganarle, es decir, si perdía, simplemente se terminaba el juego, y era así porque él siempre pensó que si era el dueño de los instrumentos del juego, le correspondía poner las reglas. Traigo esto a colación porque en estos últimos días a raíz de los estragos causados por los fenómenos atmosféricos acaecidos en nuestra pequeña isla, específicamente en la parte oriental, que es la nuestra, ha salido a relucir un tema que ha tomado un matiz algo espinoso, que trajo a mi memoria aquel juego; y es el de las 100 viviendas construidas por el gobierno del presidente Chávez en nuestro pequeño Bonao, para familias afectadas por fenómenos de la naturaleza. Quiero decir, en nombre de todos los dominicanos, que nos sentimos sumamente agradecidos con el mandatario venezolano por este gran gesto de solidaridad con nuestro humilde pueblo; pero aunque humilde, somos un país libre y soberano, con nuestra propia constitución que es la madre de todas las leyes de un país independiente, no es prudente para una nación hermana inmiscuirse en los conflictos creados por la forma talvez libertina, con que se asignaron tales donaciones, pero eso solo nos corresponde resolverlo a los dominicanos en la persona de quien es el primer mandatario de nuestra republica que nos dejó Duarte. Esto no es un simple juego como el de la plaquita con instrumentos ajenos, esto es un asunto de estado, esto es un asunto de soberanía; porque en nuestro país las reglas las ponemos nosotros, por eso se me ocurre decir simplemente: así no…


Obed Pichardo.-

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