Que hacer con esto?


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Por Robert Vargas / Mi punto de vista


Santo Domingo Este.- No se puede negar, el ritmo de estos muchachos de MZ3 es pegajoso. Tanto, que hasta los niños de menos de un año lo bailan.

Y ni qué decir de las "vagabundas". Estas se lo "tripean" sin control dando riendas sueltas al movimiento desenfrenado de las nalgas. Mientras más en público y violento, mejor.

Benito ¡No lo pienses!

Prende el pachuché
Pon ponte caché
.

Es una incitación abierta y desenfrenada a fumarse un pachuché y oler las cenizas.

La vecina se sofoca cuando prendo el pachuché
De caché, de caché
.

Los muchachos de MZ3 saben lo que dicen. Y la vecina también. Todo el mundo lo sabe. Y se lo gozan.

Por eso, alegres y sin miramientos proponen que:

Vamos a contribuir con la deforestación nacional
Vamos a sembrar muchos árboles para luego matarse
.

Prende el pachuché
Pon ponte caché
.

Y por ahí siguen. Es el tema de moda.

En todas las discotecas el tema está arrasando. Eso es en lugares cerrados.
En los colmadones del barrio ni se diga.

Prende el pachuché
Pon ponte caché
.

Una incitación abierta y masiva a consumir drogas. Con la colaboración abierta del Estado, del Gobierno y de sus instituciones, por omisión o por indiferencia.

Es una incitación al consumo de drogas 1000x1000.

Contra esto, los maestros de escuela no pueden hacer nada.

Los chicos, con el apoyo abierto de sus padres, ponen más atención a prender el pachuché que a las tareas de la escuela.

Cuando un maestro o maestra de escuela exige a los alumnos cumplir sus deberes y lo hace con energía, los chicos gritan que "¡A ese maldito maestro le cogió conmigo!".

Papá y mamá, en respuesta, van a la escuela a quejarse contra ese maldito demonio que es el maestro que le está "frustrando" a su niño o niña.

En casa, mientras tanto, estos no prestan atención a sus tareas. ¿Para qué?

Prende el pachuché
Pon ponte caché.

Esto es mejor. Más alegre. Y, mientras tanto, Papá y mamá pretenden hacerse los pendejos. Son tan "inocentes", que no se dan cuenta de los pasos en los que andan sus hijos e hijas.

Estúpidos. O hipócritas. Si no se dan cuenta es porque no quieren. Si los quiere ver, haga clic aquí y verá en lo que andan sus bebitos, incluso en los brazos de su papito.

Quien quiera "ponerse bravito", que lo haga. No me importa.

Pero es una verdad tan grande como el universo que las autoridades son cómplices con la proliferación de las drogas en nuestros barrios y los padres y madres son cómplices con muchas cosas de las que hacen sus hijos.

Que digan lo que quieran, pero aquellos de mis muchachos, hijos, hijastros, nietos o nietas que me ponga en la casa ese tipo de engendro, le prometo que le aplico la "pedagotabla" con la que Doña Enma me crió.

En aquel tiempo no lo entendía. Ahora sí.

Yo prefiero cuidar mis muchachos a mi manera y no que anden por ahí prendiendo un "pachuché" para "ponerse caché" y que después sea necesario ir a verlo a prisión, la cárcel o el cementerio.

El próximo mes de enero ya cumple 30 años impartiendo docencia en una escuela pública. Me llega el momento del retiro.

¡Uf! 30 años son ¡30 años!

¡Casi la mitad de mi vida.

Y ahora siento que, nunca como ahora, el trabajo en la escuela ha sido tan desalentador y frustrante.

Aquellos años en los que los muchachos competían por demostrar sus conocimientos y habilidades ya pasaron.

Recuerdo cuando, impartiendo la materia de Física a los cuartos de Matemática y Naturales, aunque no teníamos laboratorios, esos chicos se trasformaban en verdaderos héroes a los ojos de sus compañeros cuando resolvían todos los problemas que incluían despejes de fórmulas en abundancia.

Cuando hoy los veo en las calles, no tengo más alternativa que sonreir con ellos.

-¡Hola profe! ¿Cómo está?

Me dicen con respeto. Son profesionales exitosos, cada cual en su rama. Son mi orgullo. Los hay maestros de escuelas, ingenieros, médicos, abogados, publicistas, oficiales de las Fuerzas Armadas y de la PN, etc. En 30 años son muchos los muchachos que pasan por nuestras manos.

Ahora miro hacia atrás y me siento orgulloso de aquellos tiempos en que todavía en los pasillos de las escuelas y de la UASD los muchachos debatían sobre Filosofía (el eterno enfrentamiento entre materialistas e idealistas); sobre concepciones ideopolíticas; sobre teorías de la revolución y, en las aulas, sobre Newton, Bernoulli; el teorema de Pitágoras; y se involucraban en la solución de problemas con integrales y diferenciales...

¡Ah tiempos esos!

En estos tiempos los líderes no son los maestros, sino los muchachos al estilo de

Prende el pachuché
Pon ponte caché
.

Cuando la maestra o el maestro le solicita esta semana a la clase que hagan tal tarea y la próxima les piden que hagan otra, y otra, y otra...Mamá y papá se ofenden y rara vez levantan a los chicos para que se apuren en hacer sus tareas.

Sin embargo, se apresuran a comprarle las zapatillas y el uniforme para ir al club de béisbol para que se haga "un pelotero millonario".

Pretenden hacerse "los pendejos". Saben que su hijo no pasará de cierta estatura, o a lo mejor es un gordito o flaquito sin condiciones físicas ni hereditarias para ser un atleta.

Luego, se sienten frustrados y los frustran a ellos "porque no son como Sammy Sosa" o Alex Rodriguez.

¿Porqué mejor no encaminarlos por el camino de la educación y el aprendizaje?

¡Que va!

Papá y mamá son tan inteligentes que, cuando ven a su niña de un año moviendo "el culito" como si fuera una adulta, se lo celebran y lo estimulan.

Después, cuando tienen dos o tres años, ya no la peinan ni la visten como una niña de esa edad, ni le hacen colitas. No señor, la visten como "una mujercita".

Ella, antes de la edad adulta, se irá por su cuenta a las calles y bailará gozoza. Parirá antes de tiempo o la matarán en nun colmadón.

Prende el pachuché
Pon ponte caché.

Todo esto sin contar con el desastre que es la escuela dominicana. Con maestros con un pésimo servicio de salud, muchos ya viejos y cansados, atrasados en su formación académica; sin laboratorios de Física, Química de informática...¡Nada! Solo tizas y borrador.

Les voy a poner un ejemplo: en el liceo Ramón Emilio Jiménez, donde entré como estudiante en el año 1972 y aún estoy como maestro, no hay ningún laboratorio .

Incluso, el único existente, el de computadoras tiene dos años cerrado con candado con todas las PC dañándose por falta de uso solo porque a la directora Regente, Criseida Sánchez, no le sale de los ovarios ponerlo a funcionar.

A los dos últimos directores del Distrito Escolar correspondiente le hemos hecho la denuncia. ¡Y nada!

No se atreven a hacer nada. Ella, la directora regente, es una compañerita del PLD intocable y a la que no le pueden pedir explicaciones de nada.

Mientras tanto, los chicos reciben clases "teóricas" de computadoras. ¿Aprenderán algo así los muchachos? ¿Se sentirán estimulados a permanecer en clases?

Estando esa escuela rodeada de drogas por todas partes, ¿Quién ganará?

¿Quién ganará en esta guerra desigual?

¿La escuela?

¿El colmadón?

¿El pachuché?

Y en su hogar, amigo, amiga que lee estas líneas, ¿Quién está ganando? ¿Quién ganará?

Siento que, ya que el Gobierno es incapaz de frenar el avance de las drogas, ni de estimular la educación, por lo menos los padres deberíamos hacer lo que nos corresponde con los nuestros, aunque sea como lo hacían nuestros padres y nuestros abuelos.

Si no somos capaces de hacerlo entonces, ¡Que siga la fiesta!

Prende el pachuché

Pon ponte caché.

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